Mi firma es Brihomía, una combinación entre mi nombre y mi palabra favorita: Bonhomía. Ustedes pueden decirme Bri.
Toda mi vida me consideré una persona que era muy apegada a su lado emocional, tomando decisiones, guiándome y moviéndome en base a cómo las cosas me hacían sentir. Si se siente bien, está bien. Si se siente mal, está mal. Hay que alejarnos. Y sí, es agotador.
Siempre consideré que era una persona con una visión muy blanca o negra de ver las cosas, ignorando los matices de grises. Pero siempre siendo consciente de ellas: "sé que está mal, se siente mal, pero puedo entender por qué es de esta manera, porqué es que actúa así", empatizar y ver el potencial de lo que podría ser, de lo que las personas podrían ser si sanaran sus heridas. Y me costaba muchísimo entender a las personas que se movían única y exclusivamente por la mente o lo correcto de hacer y ya. En esos momentos veía o creía que el mundo se estaba volviendo muy insensible o que yo era rara por serlo demasiado. Conviví con personas muy mentales un tiempo y eso, sinceramente, me hizo ver al mundo de una forma muy inhumana a lo que era mi forma de ver las cosas. Sufría porque no podía entender cómo es que las personas eran capaces de hacer cosas tan insensibles o decir o actuar de formas tan hirientes por un poquito más de estatus social, por estar un pasito más cerca de la meta, por un poquito más de plata en la billetera.
Sabía que era una persona con tendencia a idealizar las cosas y más o menos era consciente de que lo que para mí era importante para los demás no lo era tanto.
Cuando me alejé de este ambiente, no me di cuenta de lo mucho que había absorbido de mí. Lo mucho que se había apagado mi luz, mi optimismo, mi altruismo por la vida misma. Hoy veo para atrás y me enojo conmigo misma por haberlos dejado. Y me duele también.
Pasé meses de mi vida con miedo de volver a relacionarme con las personas.
Hundiéndome en un pozo negro llenó de inseguridad, retirándome en modo ermitaño. Hasta que un día volví a salir de la cueva y empecé a tratar de confiar más.
Me rodeé de amigos de toda la vida, en los que sí confiaba y volví a adentrarme en el mundo de lo que me gustaba hacer, que en mi caso es el modelaje. Entré a una agencia que me hizo sentir escuchada y respetada como un ser humano y no solo como un producto. Y poco a poco fui confiando más pero aun así ya no volví a ver el mundo de la forma tan mágica en que lo veía cuando era más chica; no salía y no me relacionaba si no era estrictamente necesario. Mi casa y mi familia eran mi único lugar seguro en el mundo, mis libros y mis hobbies. Aun así siempre sentí que había una parte de mí que era muy diferente y actuaba muy diferente a cómo el mundo lo hace. Una parte que sí deseaba crear vínculos y conexiones con otras personas.
Y todo tomo sentido cuando descubrí que era una persona de tipo INFP 9w1. Descubrí primero mi eneagrama (el pacifista) y me sentí conectada pero cuando descubrí que era una persona infp (el mediador o el sanador) y empecé a estudiar las funciones cognitivas fue un cambio rotundo en mi vida.
Como una persona infp de tipo 9 soy una persona que recarga energía mediante el tiempo a solas, no disfruto mucho de salir, soy una persona que siempre odio los conflictos y nunca supo cómo afrontarlos, cuando los había me quedaba callada, cuando pasaba algo que me hacía entrar en conflicto conmigo misma me apagaba, me cerraba y me quedaba callada siendo incapaz de poder expresar qué era lo que me pasaba, lo que me molestaba. Porque ni yo misma lo entendía y era frustrante, la verdad. Las personas infp somos personas que sienten y sienten MUCHO. Y nuestras emociones no se reducen a felicidad o tristeza o enojo o miedo. Sentimos tanto al mismo tiempo que es complicado para nosotros poder descifrar el cumulo de emociones que nos atraviesan todo el tiempo.
Para las personas infp y más aún del tipo 9, lo más importante en la vida no es el estatus social o alcanzar metas o objetivos o el dinero. Sino el conocernos y comprendernos a nosotros mismos. Cuando supe mi tipo de personalidad pude ser capaz de entender porque es que actúo de esta manera y el mundo se mueve de otra. Pude entender que el resto de las personas se manejan de forma diferente a mí y no significa que este mal, sino que es simplemente como son. Pude entender porque me gusta vivir de una forma lenta, tranquila y alejada del bullicio de una vida activa socialmente, porque prefiero mi pequeño circulo o mi soledad, porque actúo en base a mis sentimientos, cuál es mi forma de recarga de energía, pude entender que mis hobbies y mis pasiones no son solo eso sino que para mí son esenciales en mi vida. Son parte de lo que soy. Entendí que soy una persona creativa y que sin hacerle caso a mi creatividad nunca iba a poder vivir una vida con significado para mí. Comprendí que mis sentimientos y emociones me hacen ser una persona que está más conectada con la vida misma. Que sin los sentimientos y las emociones sería un simple cascaron vacío moviéndome en modo automático. Y no, no quiero eso.
Estudiando el myer-briggs fui capaz de encontrarme a mi misma y eso es algo que me llevo años, 21 años para ser exactos. Y entender que soy una persona de tipo feeler fue el cambio que necesitaba en mi vida. Y todo este conocimiento es algo que me transformo como persona, me ayudo a sanar viejas heridas y a entenderme más profundamente.
Siendo infp y siendo consciente del impacto que esto tuvo en mi vida y conociendo que hay más feelers ahí afuera creyendo que están solos, en busca de sí mismos y luchando contra un mundo que se niega a las emociones; no podía quedarme todo esto para mí misma, sino que si tengo la oportunidad de ayudar a crecer y sanar y mejorar la vida de alguien con el simple hecho de compartir mi sentir y mi pensar. ¿Cómo iba a ser capaz de no hacerlo?
Y es de ahí, de ese deseo, de ese sentir y ese pensar que decidí crear este blog y canal. Con la idea de que sea un safe place para las personas de tipo emocional que sé están ahí afuera en alguna parte resguardándose de lo crudo y duro que el mundo puede ser a veces. No están solos y si hay otros como ustedes, como nosotros. Son maravillosos feelers y sé que el mundo sería un lugar mejor si existieran más de nosotros siendo conscientes de que tienen el poder de mejorar y cambiar vidas enteras con sus ideas, sentimientos y su simple presencia.
Este blog y canal nacieron del querer ayudar y aportar significado a unas cuentas vidas si es que se logra, es la meta. Y si crees que soy capaz de hacerlo, te invito a que te aceptes y aceptes ser parte de esta comunidad de feelers que espero pueda crecer con el tiempo.
— Brihomía 🤍
0 Comentarios